Impulsado por los aumentos los casos de COVID en China y después de las declaraciones de los miembros de la FED donde reiteran la intensión de seguir aumentando las tasas.
La economía en China creció un 3,9 por ciento en el tercer trimestre.
Se enfrenta a una desaceleración de la innovación y de la productividad, combinados con un creciente descontento social de la clase media.
Los analistas esperan que el crecimiento de China se debilitará en los próximos meses.
Esta estrategia hizo que China fuera uno de los países que mejor controló la pandemia en la fase inicial. Sin embargo, no ha logrado contener el rápido esparcimiento de la variante Ómicron y, en consecuencia, la economía china está siendo presionada junto con la cadena de suministros mundial.
En China caen los casos de nuevos contagios de Covid-19 y disminuyen los brotes en Beijing y Shanghái, lo cual animó a las autoridades a relajar algunos de los controles de virus más estrictos de la pandemia y actuar para estimular la economía de su país.
El recorte de la zona euro al 3% y el de EE. UU. al 3,5%.
Se opone a la tendencia de los otros bancos centrales, buscando impulsar la economía y fortalecer el crecimiento en un año crucial de transición de liderazgo para la segunda economía más grande del mundo.
El país se dirige al 2023 con incertidumbre y atisbo de esperanza por su reactivación.