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Trump vs Biden: ¿Cómo invertir próximos a la pelea estelar del 3 de noviembre?

Fuente: Daily Herald Hay muchos factores que influyen en los rendimientos del mercado de renta variable, pero cada 4 años en EE.UU. se presenta un aspecto adicional: la incertidumbre frente al cambio en la presidencia, y la reacción de mercado ante ello.

Administrador del Sistema

14 sep. 20 min lectura

Photo by Markus Spiske

Hay muchos factores que influyen en los rendimientos del mercado de renta variable, pero cada 4 años en EE.UU. se presenta un aspecto adicional: la incertidumbre frente al cambio en la presidencia, y la reacción de mercado ante ello. A tan sólo unas semanas de las elecciones presidenciales en EE.UU.[1] la carrera electoral se encuentra muy avanzada: en este punto cabe recordar los recientes sucesos más relevantes. Joe Biden fue nominado como principal candidato del partido demócrata, mientras que Donald Trump es el de los republicanos. Ambos anunciaron a sus vicepresidentes: Kamala Harris (actualmente una senadora de EE.UU.) de los demócratas, y de los republicanos Mike Pence (vicepresidente de EE.UU.).

En cuanto a las encuestas nacionales, Joe Biden, se encuentra actualmente por delante de Trump. Cabe recordar que, si bien las elecciones nacionales son un buen indicador para conocer el apoyo a los candidatos, no garantizan su victoria[2]. Esto se debe al sistema indirecto de votaciones presidenciales en EE.UU., en donde se asigna a cada estado un número de votos del colegio electoral[3], y al método de “el ganador se lleva todo”[4] utilizado por cada estado. Así, al leer las encuestas se tienen que tomar más en cuenta los estados pendulares o estados en disputa[5], que son los reales impulsores de la elección.

Actualizado por última vez el 12 de octubre 2020 Fuente: Real Clear Politics

En el 2016, la victoria del presidente Trump se debió principalmente a que los estados Michigan, Pensilvania y Wisconsin, que se esperaba que favorecieran a los demócratas, fueron clave para el éxito de Trump por aproximadamente 100,000 votos en total. Actualmente, las encuestas regionales muestran que Biden mantiene la delantera con un margen saludable en cinco de los siete estados pendulares, pero con carreras más reñidas en Arizona, Florida y Carolina del Norte (estados que en el 2016 votaron por Trump). A pesar de que la mayoría de las encuestas sugieren que los demócratas tienen una ventaja, el resultado es incierto.

Fuente: Real Clear Politics

Las propuestas fundamentales de los republicanos

Las propuestas del presidente Donald Trump en estas elecciones no divergen significativamente de la agenda política de su primer mandato. El mensaje de “EE.UU. primero”[6] es nuevamente un pilar de la campaña republicana, lo que implica una serie de políticas proteccionistas, acuerdos bilaterales, desregulación y fortalecimiento de la economía local.

Por otro lado, uno de los principales enfoques de Trump incluye las iniciativas para impulsar el aspecto corporativo del país. Vinculado a esto, Trump ha indicado una potencial segunda ronda de recortes tributarios, como en el 2017[7]. Los recortes requerirían la aprobación del Congreso, lo cual sería improbable sin el control republicano de este.

Al igual que en su campaña del 2016, Trump reiteró sus promesas respecto a la reconstrucción de la infraestructura. Prometió destinar una gran cifra a la mejora de calles, carreteras y aeropuertos[8], y otras mejoras e inversiones en el rubro.

Por otro lado, la economía de EE.UU. estaba en auge poco tiempo antes de la pandemia, alcanzando cifras récord y con un mercado laboral fuerte y creciente. Al comienzo de su presidencia, Trump puso como objetivo tasas de crecimiento mayores al 4% anual. Sin embargo, en diciembre 2019, la economía había registrado un crecimiento del PBI del 2.3%. Esto sumado al golpe económico por el COVID-19 podrían presionar las probabilidades de que Trump salga victorioso en estas elecciones. Pese a ello, en los últimos meses, la aprobación del presidente ha incrementado desde los bajos niveles en mayo (desde 41 a 45). Esto se podría explicar principalmente por la percepción más optimista de los ciudadanos en cuanto a la gestión de la crisis a medida que se estabilizaron las cifras de contagio en el país, y se reactivó la economía.

Fuente: Real Clear Politics

Las propuestas principales de los demócratas

Por el lado de los demócratas, Joe Biden ha pronunciado más detalladamente sus posiciones y propuestas políticas. Los aspectos fundamentales de su campaña se basan en crear nuevas oportunidades económicas para los empleados, recuperar la protección medioambiental, democratizar la salud, y atender e incrementar las distintas alianzas internacionales. Comparado con las propuestas de Trump, Biden sostiene un mayor enfoque en una doctrina de librecambismo. Si bien promete restaurar la reputación de EE.UU. en el mundo, y promueve una visión de multilateralismo, no deja de lado el enfoque en la recuperación nacional.

El mercado temía en cierta manera al partido demócrata, dado que algunos ex candidatos como Bernie Sanders y Elizabeth Warren presentaban propuestas más radicales[9]. A pesar de ser demócrata, Joe Biden mantiene una postura menos drástica en cuanto a las distintas políticas. Un ejemplo de ello es que propone un incremento de impuestos[10] menor al de sus previos rivales demócratas. Esto, sin embargo, continúa siendo un aspecto controversial en su campaña, y genera incertidumbre entre los inversionistas.

Con respecto a sus propuestas económicas, destaca la promesa de crear un sueldo mínimo nacional e incrementarlo a $15 la hora, e invertir $400 mil millones en un plazo de diez años, como parte de una amplia movilización de la inversión pública, en tecnología, energía limpia e innovación. Por el lado de la energía limpia postula asegurarse de que sea utilizada por los hogares y la industria para lograr una agresiva reducción de las emisiones. Biden fijaría el objetivo de reducir la huella de carbono de edificios en EE.UU. en un 50% para el año 2035, creando incentivos para la realización de profundas modificaciones. En general, las políticas económicas de Biden, apodadas como “plan de una mejor reconstrucción”[11], junto con las propuestas de energía limpia tratan de complacer a dos segmentos electorales que tradicionalmente apoyan a los demócratas: los jóvenes, y la clase trabajadora o trabajadores de cuello azul. Finalmente, Biden presenta un compromiso más amplio para hacer cumplir las leyes de “Buy American[12] para nuevos proyectos de transporte.

Impacto de mercado y políticas macroeconómicas

En la historia de EE.UU., el año de elecciones suele ser un año de elevada volatilidad en los mercados financieros. Si bien en los últimos años, el índice S&P 500 ha tenido un desempeño más positivo que negativo, este año se presentó un catalizador adicional: el COVID-19. Por lo tanto, los principales aspectos que podrían influenciar el sentimiento de los inversionistas en los siguientes meses estarían vinculados a la recuperación económica y las propuestas que tendrían el mayor impacto sobre el aspecto corporativo de EE.UU.

Adicionalmente, existe el riesgo institucional luego de que Trump prometió no aceptar el resultado de la elección. Cualquier posibilidad de un resultado impugnado en la madrugada del 4 de noviembre, o la falta de una concesión clara e incertidumbres jurídicas alimentarían semanas de volatilidad en el mercado.

 Fuente: Morningstar

Fuente: Morningstar

En el corto a mediano plazo, se presentan algunos factores principales de las elecciones que podrían generar volatilidad en el mercado en general, independientemente del sector:

a) Recuperación económica: elección ha estado dominada por un debate en torno a la respuesta de EE.UU. a la pandemia, y se plantean visiones diferentes. Asimismo, una de las prioridades del nuevo líder será la trayectoria hacia el repunte del crecimiento económico. Por lo tanto, los puntos más controversiales estarán vinculados a posibles estímulos fiscales, y la mitigación del impacto COVID-19 sobre el desempleo récord, y altos niveles de gasto fiscal. Si bien ambos candidatos están enfocados en apoyar la economía en su recuperación, sus políticas económicas y visiones divergen.

 b) Impuestos corporativos: entre las propuestas demócratas que serían los mayores lastres para el mercado en el corto a mediano plazo se encuentran los planes para cambios en los impuestos corporativos propuestos por Biden. Si bien este último es uno de los enfoques principales de su campaña, la probabilidad de un aumento mientras la economía esté todavía en recuperación parece ser baja. Cabe destacar además que los aumentos de impuestos y los cambios importantes en la política fiscal sólo serán posibles si los demócratas toman también el control total del Congreso. Asimismo, el aspecto tributario podría no ser presentado como una medida independiente, sino potencialmente como parte de un proyecto de ley de estímulo.

c) Salario mínimo: Biden propone un salario mínimo federal de $15 en todo el país. Asimismo, apoya la indexación del salario mínimo al salario medio por hora para que los trabajadores de bajos salarios sean relativos a los de los trabajadores de ingresos medios. Los planes de aumentar los impuestos y los salarios mínimos favorecerían relativamente a las grandes empresas capaces de transferir los costos a los consumidores, y a las que tienen una planilla de altos salarios como las compañías de software y TI. Compañías vinculadas a servicios públicos, del sector industrial y de materiales, también recibirían un impulso de los demócratas a medida que estos se centran en economía sostenible y planes de infraestructura posteriores a la pandemia.

Fuente: Servicio de Impuestos Internos de EE.UU. (IRS). JPMorgan 

¿Cómo afectarán las elecciones a los principales sectores?

1) Sector de tecnología: En caso de que los demócratas ganen la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes, habría un mayor riesgo en cuanto a nuevas leyes antimonopolio, que fomentaría una revisión de estas compañías. Una victoria demócrata podría afectar a compañías como Amazon con un recargo del 10% al impuesto para combatir la externalización de operaciones[14] fuera de EE.UU. Finalmente, si bien las compañías de tecnología se beneficiaron de los recortes de impuestos de Trump, la contribución de estos a los resultados y utilidad neta de las empresas tecnológicas fue modesta. Por otro lado, una victoria de Biden implicaría una relación comercial menos tensa con China, lo cual tendría un impacto positivo para el sector de semiconductores y otras tecnologías importadas desde China. Asimismo, si Trump pierde, las compañías de tecnología que emplean extranjeros podrían verse beneficiadas a medida que los reglamentos estrictos en cuanto a visas e inmigración podrían disiparse.

 2) Sector financiero: para este sector una reelección de Trump podría ser el escenario más favorable a medida que varias propuestas de Biden representan obstáculos para las instituciones financieras[15]. El candidato demócrata presenta regulaciones más estrictas, y una mayor supervisión regulatoria. Por su lado, un nuevo presidente podría retirar los actuales jefes del Departamento de Justicia y de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor inmediatamente tras su inauguración. Esto podría resultar en una postura más agresiva respecto a los casos abiertos y eventuales casos nuevos en el sector. Sin embargo, no se esperaría que Trump persiga nuevas regulaciones financieras en un segundo mandato.

Fuente: Bloomberg Intelligence

Fuente: Bloomberg Intelligence

3) Sector de energía: Biden se ha pronunciado a favor de la energía renovable, lo cual podría traducirse en créditos fiscales para compañías de almacenamiento y generación de energía eólica, solar, y de baterías. Por lo tanto, también se esperaría que los beneficios de las compañías de combustible de fósiles se disipen bajo Biden, específicamente en cuanto a los beneficios fiscales que se valorizaban alrededor de $25 mil millones sobre 10 años. Mientras que Biden no ha sido específico acerca de los beneficios que podría eliminar, los subsidios de exploración y desarrollo, y el porcentaje de agotamiento, por valores alrededor de $7 mil millones y $10.6 mil millones, respectivamente, estarían probablemente dentro del enfoque dado que representan altos costos.

Fuente: Bloomberg

La interrogante sobre qué resultado electoral sería más positivo o negativo para el mercado no es predecible en su totalidad. Al comparar las propuestas políticas de ambos partidos, el impacto en el corto a mediano plazo se vería probablemente más a nivel sectorial que general para las acciones estadounidenses. En términos generales, y tomando en cuenta la reacción histórica del mercado, si sale victorioso Joe Biden, se podría quizás esperar una elevada volatilidad. Además, se estimaría un retorno más negativo de algunos sectores sobre todo en el primer año presidencial en vista de los distintos cambios de políticas que se han propuesto. Todo el proceso electoral puede estar sujeto a impugnaciones legales, e incertidumbre en los mercados financieros, pero la volatilidad podría bajar a medida que se inaugure el nuevo presidente el 6 de enero del 2021.

Con el fin de limitar la exposición a los riesgos y la volatilidad en el corto plazo, pero mantener una participación en las subidas de mercado en el mediano a largo plazo, una atractiva alternativa de inversión serían las notas estructuradas. Bajo el actual contexto de volatilidad, estos productos podrían ser ventajosos, a medida que en el corto plazo los mercados financieros seguirían siendo conducidos por el avance de la pandemia y la incertidumbre frente a las elecciones presidenciales en EE.UU. podemos proteger parcialmente el capital en riesgo mediante la venta de la volatilidad de los índices y acciones; y asegurando un retorno atractivo en promedio superior al 8%. 

Notas de pie de página:

[1] Para el periodo 2021-25

[2] En las elecciones del 2016, Hillary Clinton contaba con una gran ventaja en las encuestas nacionales, pero perdió en las elecciones del colegio electoral.

[3] Los estadounidenses no votan directamente por su presidente, sino que eligen a los miembros del Colegio Electoral que emiten sus votos basándose en la forma en que la mayoría de los votantes de su estado votaron. El número de electores de cada estado se basa en la población. La victoria es para el candidato con mínimo 270 votos electorales.

[4] El candidato que recibe la mayoría del voto popular en un estado gana todos los votos del colegio electoral del estado respectivo.

[5] Estados pendulares o swing states son aquellos donde la población está políticamente más dividida, y por ende no tienen un partido político claro en las elecciones. Actualmente los principales son Florida, Ohio, Iowa, Georgia, Carolina del Norte, Texas y Arizona.

[6] America First

[7] Trump anunció una tasa corporativa del 21%, comparado con un rango de tasas impositivas entre 15%-31%.

[8] $1.5 billones prometidos en el 2016. En 2 ocasiones durante el último mandato de Trump se anunciaron presupuestos de entre $1 y $2 billones para la infraestructura, sin embargo, ambas veces las negociaciones con el Congreso fracasaron.

[9]Algunas de estas propuestas fueron prohibir los seguros médicos privados, incrementar significativamente los impuestos sobre corporaciones, restringir las actividades de las grandes compañías de tecnología, entre otros.

[10] De 21% actualmente a un 28%; sus contrincantes proponían un aumento a 35%.

[11] Build Back Better

[12] La ley “Buy American” requiere que las agencias federales adquieran materiales y productos nacionales.

[13] Cabe recordar que el desempeño pasado no es garantía de resultados futuros, sin embargo, sirven de manera indicativa

[14] El impuesto se aplicaría a las empresas nacionales que utilizan centros de llamadas en el extranjero que sirven a los EE.UU.

[15] Como el mayor impuesto sobre la responsabilidad bancaria (bank liability tax), y una posible modernización de la legislación Glass-Steagall que separa la banca comercial y la banca de inversión).

  

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