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Como el resto del mundo, la Unión Europea enfrentó un desafío económico sin precedentes con el Covid-19 y los confinamientos relacionados. Para manejarlo, la UE empezó a recurrir al conjunto de herramientas utilizado mundialmente, combinando una política fiscal más flexible y una política monetaria altamente acomodaticia. Sin embargo, a pesar del lanzamiento de un nuevo programa de compra de activos, el margen de maniobra del Banco Central Europeo era limitado, dado que su tasa principal está ya fijada en un 0% desde marzo de 2016. Este límite del lado monetario empujó casi mecánicamente a los miembros de la UE a construir una nueva política fiscal más ambiciosa, yendo mucho más allá de las redes de protección social de los países europeos: el paquete Next Generation EU (UE Próxima Generación).
¿Qué es Next Generation EU ?
Next Generation EU (NGEU) es un paquete de recuperación de la Unión Europea con un triple objetivo:
1) ayudar a reparar el daño económico y social inmediato causado por la pandemia de coronavirus
2) modernizar la economía de la UE (más del 50% del gasto como objetivo)
3) ayudar a la transición verde, la transformación digital, la cohesión social y territorial, la salud y la resiliencia de la economía
El paquete de recuperación se compone de más de 800 mil millones de euros (5% del PIB de la UE). Su pieza central es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (o RRF por su singlo en inglés), un instrumento que ofrece subvenciones directas (338 mil millones de euros disponibles) y préstamos (386 mil millones de euros disponibles) para apoyar reformas e inversiones en los Estados de la UE. Los 83 mil millones de euros restantes reforzarán los programas de la UE existentes.
Este paquete fiscal es único por su financiamiento y marca un nuevo paso en la integración de la UE. Por primera vez, la Comisión Europea (poder ejecutivo de la UE) tomará prestamos directamente en los mercados de capitales de manera significativa, lo cual crea, de facto, una solidaridad fiscal entre los países. La solidaridad fiscal es un esquema bajo el cual los miembros de la Unión comparten la responsabilidad crediticia. La alta calificación crediticia de la UE (AAA para Fitch y Moody´s) brinda la posibilidad de recaudar fondos a un costo menor que los Estados miembros individuales.
Organización y prioridades del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia
El RRF entró en vigor el 19 de febrero de 2021. Financiará reformas e inversiones en los Estados miembros hasta el fin de 2026. El camino desde la selección de los proyectos financiados hasta los desembolsos finales sigue una serie de pasos:
1) Cada estado miembro prepara un plan nacional de recuperación y resiliencia y lo presenta a la Comisión Europea antes de mediados de 2022 (la fecha límite inicial era abril de 2021). Debe respetar varias limitaciones principales:
a) Al menos el 37% del plan debería dedicarse a la “transición verde”
b) Al menos el 20% del plan debe dedicarse a la “transición digital”
c) El plan también debe respetar las recomendaciones de reformas estructurales específicas para cada país solicitadas por la Comisión.
2) En el plazo de dos meses, la Comisión Europea evalúa el plan y traduce su contenido en actos jurídicamente vinculantes.
3) Luego de un mes, el Consejo toma su decisión sobre la adopción del plan, basándose en la propuesta de la Comisión.
4) Los meses después, la UE paga el 13% del apoyo total por adelantado.
5) El resto del apoyo se pagará en función del cumplimiento de un conjunto de hitos y metas que reflejen avances en las reformas e inversiones del plan. Los desembolsos pueden realizarse como máximo dos veces al año, previa evaluación por parte de la Comisión.
En cuanto a las prioridades (transiciones verdes y digitales), la Comisión ha alentado a los Estados miembros a que presenten planes en las siguientes áreas claves, que requieren una inversión significativa para crear empleo y crecimiento:
a) tecnologías limpias y renovables
b) eficiencia energética de los edificios
c) transporte sostenible y estaciones de carga
d) despliegue de servicios rápidos de banda ancha y de 5G
e) digitalización de la administración pública
f) capacidades de nube de datos y procesadores sostenibles
g) educación y formación para apoyar las habilidades digitales
¿Cómo se reembolsará?
Desde el 15 de junio de 2021, la Comisión ya ha recaudado 54 mil millones de euros para el NGEU y ha comenzado los primeros pagos a los estados. Todos los préstamos contractados por el NGEU se devolverán como máximo en 2058: los países prestatarios pagarán directamente sus propios préstamos y las subvenciones se reembolsarán con el presupuesto de la UE.
Para ayudar con el reembolso de las subvenciones, la UE estudiará la posibilidad de introducir nuevos recursos en el presupuesto de la UE, como impuestos sobre los residuos de envases de plástico no reciclados, un impuesto al carbono sobre los productos importados en la UE, un impuesto digital, etc.
¿Qué impactó en la economía de los países miembros de la UE?
Aparte de la solidaridad fiscal entre los estados, el NGEU es también una novedad debido al cambio radical de estrategia fiscal de la UE. Tras la crisis financiera de 2008, la crisis de la deuda europea de 2011 afectó duramente a varios países del sur de Europa, aumentando el enfoque de la Comisión Europea en el manejo de la deuda y la austeridad fiscal, con el respaldo de los países menos endeudados. Esta crisis llevó a una estrategia general prudente en el continente hacia el gasto fiscal y también a un entorno de crecimiento e inflación limitados, especialmente en comparación con EE. UU. El choque del coronavirus anuló este cuasi consenso y podría ser el catalizador necesario para sacar a la zona de sus 14 años de bajo crecimiento.
Cada país tendría una asignación máxima de fondos del RFF. Esta asignación se basa en cuatro criterios principales:
En consecuencia, Europa del Sur (España, Italia, Portugal, Grecia) y la mayoría de los países del Este deberían ser los principales beneficiarios de los fondos, en comparación con su PBI. Sin embargo, el efecto final sobre la economía dependerá también de la sensibilidad estructural del PBI de cada país a un impulso fiscal: por ejemplo, Francia debería ser uno de los más impactados positivamente mientras que los beneficios debería ser más limitados en Alemania.
La característica del NGEU es ser un paquete fiscal centrado en la inversión pública y no en el consumo. Por un lado, eso significa que el efectivo tardará más en fluir hacia la economía, debido a las fases de preparación y luego de implementación. La velocidad de ejecución también dependerá de la eficiencia de cada gobierno. Por otro lado, el impacto económico de la inversión pública es superior al consumo público, especialmente a largo plazo, gracias al valor agregado de la mejora de la productividad de toda la economía.
¿Qué impacto en las empresas europeas?
A nivel sectorial, el impacto debería variar ampliamente en Europa. Los principales beneficiarios deberían ser obviamente empresas vinculadas a los principales temas de la NGEU: transición digital y transición verde. Se pueden organizar como cinco grupos principales de subsectores:
1) Digitalización de la economía: servicios digitales y de software, industria digital, consultoría digital, productores de semiconductores
2) Energía limpia: generación de energía renovable, equipos de energía eólica
3) Electrificación y movilidad sostenible: ferrocarril, vehículos eléctricos, hidrógeno, biocombustible
4) Renovación del edificio: protección contra el clima, eficiencia energética
5) Economía circular: reciclaje / gestión de residuos
El anuncio del NGEU, pero también la recuperación post Covid, aumentaron las expectativas de crecimiento en estos sectores, lo que ha llevado empresas a cotizar con una prima alta en comparación a sus valoraciones históricas, considerando el ratio Precio/Utilidades por acción (P/U). Sin embargo, dada la clara estrategia de NGEU, el tamaño del paquete y su creciente impacto en la inversión durante los próximos años, esta prima podría estar justificada. El potencial al alza utilizando los precios objetivo de 1 año del consenso de los analistas podría dar una visión más equilibrada, ya que toma más en cuenta el crecimiento futuro de las utilidades: este potencial al alza está históricamente en línea con el promedio de los últimos 5 años, mirando las empresas europeas de estos sectores con una capitalización bursátil superior a 10 mil millones de euros.
En conclusión, el NGEU podría gatillar un nuevo período de alto crecimiento en Europa, especialmente en los sectores digitales y de la economía “verde”. Sin embargo, la implementación del paquete podría enfrentar reveses y desaceleraciones que conduzcan a la volatilidad de esas acciones. Invertir a través de notas estructuradas es una alternativa que da la oportunidad de tener la exposición a ellas, pero con una protección parcial de capital, que limitaría los riesgos en el caso de una mala ejecución de la nueva estrategia fiscal de la UE.
Con ello busca dar una mejor experiencia a sus clientes en productos de inversión con exposición global a través de la tecnología y la asesoría personalizada.
El ingeniero peruano ocupará el cargo desde el presente mes tras ser gerente general de Scotia Fondos.