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¿Metales del futuro? La transición energética y el impacto sobre los commodities

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Administrador del Sistema

26 mar. 21 min lectura

Photo by Filipe Resmini on Unsplash

La pandemia de coronavirus ha tenido un impacto sin precedentes en casi todas las actividades económicas a nivel global. Los cierres a nivel global tras las medidas de bloqueo adoptadas por casi todas las economías causaron interrupciones a las cadenas de suministro y a la producción industrial. Una fuerte reducción en la demanda desató un desplome en los precios de casi todas las materias primas desde inicios hasta mediados del 2020, con la excepción del oro, un activo refugio.

Desde ese entonces, hemos visto una importante recuperación que se espera se fortalezca aún más en el 2021 gracias al levantamiento de restricciones, aceleración en las campañas de vacunación y continuación del apoyo fiscal y monetario. Adicionalmente, la aprobación de paquetes de estímulo fiscal millonarios podría anticipar una fuerte inversión en infraestructura y una mayor demanda por commodities. China, por ejemplo, seguirá impulsando la demanda de materiales básicos a medida que continúa el desarrollo de proyectos antiguos y ve la emergencia de nuevas iniciativas de infraestructura relacionados a la transición energética.

La carrera al Net-Zero 2050

Previo a la pandemia, decenas de las economías más grandes a nivel global habían adoptado objetivos para la reducción de gases invernadero, formalmente conocidos como el plan “Net Zero” para el 2050 [1] . Adicionalmente, 189 países se han unido al acuerdo climático de Paris con el objetivo de limitar el calentamiento global mediante la reducción del uso de combustibles fósiles y la transformación de la economía con el fin de impulsar la energía limpia.

Actualmente, China se encuentra liderando la producción de energía renovable a pesar de ser uno de los principales emisores de carbono, con el 70% de la producción de paneles solares fotovoltaicos [3] , el 50% de la producción de vehículos eléctricos y un tercio de la energía eólica. No obstante, son otros quienes han dado los pasos más grandes en uso de energía alternativa. Europa, especialmente aquellos países en el norte, lidera el consumo de energía renovable per cápita y cuentan con hasta un 79% de generación de energía primaria proveniente de fuentes renovables (Islandia).

Dentro del mercado de energía renovable, resalta la importancia de las tecnologías de almacenamiento de energía por dos razones principales: (i) el rol fundamental de las baterías en el sector de vehículos eléctricos de rápido crecimiento y (ii) la necesidad de capacidad de almacenamiento para sostener la generación de energía eólica y solar. Estas últimas no son distribuibles sin un previo almacenamiento ya que se generan en momentos particulares (cuando sale el sol o sopla el viento). La manufactura y expansión de estas, junto con una variedad de otras tecnologías verdes, moldeará la demanda de metales críticos para un futuro bajo en carbono.

¿Cuáles son los “metales del futuro”?

Si bien existe una amplia gama de metales utilizados en las industrias de transición energética, unos cuantos han tomado protagonismo en los últimos años. El Departamento de Energía de EE. UU y la Unión Europea denominaron el cobalto, litio, tierras raras y otros metales como críticos dada su importancia en la transición energética, alto riesgo de suministro y escasez de sustitutos. Los dos primeros mencionados (cobalto y litio) son esenciales para la fabricación de baterías de iones de litio, la tecnología dominante en el mercado de almacenamiento de energía. Estas baterías se usan para una amplia gama de aplicaciones, desde teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos. Son las más usadas por la mayoría de los fabricantes de automóviles, incluidos Tesla, Renault, Nissan y Volkswagen. El presente artículo se enfoca en el mercado de estos dos metales dada su importancia para la fabricación de batería y el rol de estas en la expansión del mercado de energía verde.

Históricamente, la demanda de estos metales había sido impulsado por aplicaciones industriales y metalúrgicas[9] . Actualmente, la mayor proporción de la demanda viene de baterías de iones de litio y superaleaciones (principalmente usadas en las industrias aeroespaciales, de energía nuclear, turbinas de gas y automóviles). Son estos impulsadores que seguirán liderando la demanda en el futuro.


Distribución global frente a una oferta concentrada

Si bien el cobalto es el trigésimo tercer metal más abundante en el mundo, solo está presente en menos de 20 países [11] . La República Democrática del Congo (RDC) produce el 71% [12] de la oferta global de cobalto, mientras que China procesa el 80% de los productos intermedios [13]. La dependencia de este recurso en un solo país recalca los riesgos políticos y sociales relacionados a su producción generando preocupación sobre una posible escasez en un futuro cercano, especialmente dado que la RDC es uno de los países más inestables del mundo.

Respecto al litio, Australia representó casi la mitad de la producción en el 2020, a pesar de que Chile cuenta con la mayor cantidad de reservas extraíbles. Si bien la mayor cantidad de recursos se encuentra en Bolivia (25%), el país cuenta con cantidades mínimas de reservas (definidas como recursos que pueden ser extraídos de manera económicamente viable en el momento de determinación).

Respecto a las compañías productoras de estos metales, la industria se encuentra sumamente concentrada: los primeros cinco productores controlan el 53% de la oferta de cobalto y el 75% de la producción de litio. Cabe resaltar, que la producción de la mayoría de estas empresas se encuentra diversificada en otros metales. Glencore, por ejemplo, es el principal productor de cobalto a nivel global, pero este metal representa menos del 5% de su producción total. Se espera que a medida que crezca la demanda por estos metales, las compañías ajusten su producción. En particular, podríamos esperar una mayor producción de cobalto por compañías que actualmente producen cobre puesto que el 98% de la producción actual se produce como subproducto de la minería de cobre o níquel. 


Otros metales importantes para la industria verde como las tierras raras (58% de producción China) , aluminio (57% China), cobre (38% Chile) y níquel (Indonesia 22%) también cuentan con una oferta concentrada[14] .

Alimentando la demanda: el rol de los incentivos gubernamentales

El crecimiento de la industria de energía renovable ha sido, en gran parte, el resultado de los programas de subvenciones gubernamentales y del cambio en las regulaciones ambientales. Se espera que la introducción de estas continúe contribuyendo con el fortalecimiento de la demanda de metales para la expansión de la industria.

Europa es una de las regiones con mayor crecimiento esperado dados los incentivos para la industria verde, las regulaciones ambientales rígidas y castigos a las emisiones de carbono. Francia y Alemania, por ejemplo, anunciaron planes para aumentar temporalmente los subsidios a los vehículos eléctricos en mayo y junio del 2020 a 9,000 y 7,000 euros por vehículo respectivamente. El Reino Unido también ha seguido el mismo camino, con subsidios de hasta $3,500 por vehículo y diversos anuncios sobre inversión en infraestructura de carga.

China, otro lado, ha denominado la energía renovable con un sector estratégico en su plan de infraestructura “Made in China 2025” y ha impulsado un nuevo plan para impulsar la penetración del mercado vehículos eléctricos al 20% en los próximos cinco años. También anuncio una nueva política de subsidios hasta el 2022[15] para vehículos eléctricos puros y vehículos eléctricos enchufables.

EE. UU, por su parte, aún no ha dado detalles sobre sus planes de energía limpia, pero la elección de Joe Biden y una mayoría demócrata en el Senado anticipa regulaciones favorables para la industria de energía alternativa.

¿Fantasía o realidad? Un eco del pasado

Pocos metales han experimentado tanta volatilidad como el litio y cobalto en los últimos años. La creciente popularidad de estos metales impulsó un aumento sin precedentes en los precios entre el 2016-2018 como consecuencia del aumento en la producción de baterías para vehículos eléctricos y la expectativa respecto al potencial del sector. Los precios llegaron a máximos históricos a inicios del 2018 ($95,000 y casi $2,600 por tonelada métrica para el cobalto y litio respectivamente), para luego perder casi el 70% de su valor tras el colapso de los precios en marzo del mismo año. Esto fue la consecuencia de tasas de crecimiento decepcionantes para el sector de vehículos eléctricos en combinación con una sobreoferta y acumulación de inventarios durante el periodo 2018-2019.

La fuerte recuperación de los precios en los últimos meses levanta dudas sobre la sostenibilidad de los precios. Si bien el rápido crecimiento parece un eco al pasado, el panorama sería diferente en miras al futuro.

El mercado de metales para baterías fue de $14.8 mil millones en el 2019 y se espera que crezca a $20.5 mil millones a una tasa anual compuesta de 4.2% hasta el 2027[16].Esto gracias a un alto crecimiento esperado para el mercado de baterías, que se espera se expanda a más de 2,000 GWh para el 2030, representando un crecimiento anual compuesto de más de 27%[17] . Según el Banco Mundial, la demanda de metales como litio y cobalto podría incrementarse en casi 500% para el 2050 dada la necesidad de satisfacer la demanda de energía limpia.

La industria de litio había enfrentado una sobreoferta a inicios del 2020, que fue exacerbada por la pandemia. Tras varios años de caídas de precios y márgenes presionados, los productores disminuyeron la capacidad de producción y pausaron expansiones. Actualmente, los niveles de inventarios se encuentran a niveles más bajos y apoyarían un aumento modesto en los precios para el 2021, a medida que los mercados se estabilizan y la demanda sigue impulsada por el crecimiento de la demanda de baterías.


Para el caso del cobalto, se espera que la mejora en precios para los próximos años se verá impulsada por un crecimiento de la demanda sustancialmente mayor a la oferta prevista. Nuevamente, el mayor crecimiento de la demanda vendría del segmento de mercado de vehículos eléctricos (CAGR >20% para 2020-2025) y sistemas de almacenamiento de energía (CAGR 25% para 2020-2025). En comparación, la demanda tradicional proveniente de superaleaciones, aplicaciones metalúrgicas y dispositivos de consumo electrónico presentaría un menor impulso (CAGR <5% para 2020-2025).


¿Qué oportunidades de inversión encontramos en el mercado?

Una primera opción es la inversión directa en los metales a través de contratos futuros sobre los commodities deseados[19] . Esta opción está sujeta a diversos factores macroeconómicos tales como crecimiento económico, expectativas de inflación, disrupciones en la producción, entre otros.

Una segunda opción es invertir en compañías que participan en estas industrias. Notamos que la industria cuenta con valorizaciones elevadas dada la expectativa de crecimiento muy alto para el sector. Hay que tener cuidado de invertir en compañías con fundamentos sólidos: estructuras de costos eficientes, ventajas comparativas en la producción y hojas de balance sin altos niveles de deuda son buenos indicios para una inversión exitosa. En esta misma línea, otra opción sería invertir en ETF’s que brinden exposición al sector, pero aporten una mayor diversificación al portafolio.

Una última opción son las notas estructuradas con barreras de protección. Estos instrumentos pueden permitir al inversionista beneficiarse del potencial al alza de las acciones relacionadas al sector. Además, generan retornos predeterminados atractivos y brindan una protección parcial del capital ante una caída en los precios resultante de un entorno de precios de commodities dado debilitamiento de la demanda, sobre oferta de metales, entre otros.

Un producto compuesto por cuatro acciones relacionadas al sector, por ejemplo, promete una rentabilidad anual del 10% por un periodo de dos años. El inversionista puede tener exposición a acciones del sector como Glencore, Albemarle, Umicore y Sociedad Química y Minera de Chile, pero verse protegido de caída de hasta un 50% en el mercado sin exponer su capital.

Pies de página

[1] Net Zero se refiere al equilibrio entre la cantidad de gases invernadero producidos y la cantidad eliminada de la atmósfera. Se llega a Net Zero cuando la cantidad agregada no es mayor que la cantidad eliminada.

[3] Paneles solares formados por un conjunto de células fotovoltaicas que producen electricidad a partir de la luz que incide sobre ellos.

[7] Tecnología que convierte la luz solar directamente en electricidad

[8] Tecnología de energía solar que utiliza espejos para generar energía

[9] Herramientas, aleaciones duras (cobalto), fabricación de cerámica, vidrio y lubricantes (litio)

[10] Plataforma de investigación inglesa relacionada a inversiones en minería y recursos naturales.

[11] En cantidades materiales

[12] Citi Research, WoodMackenzie

[13] CRUX Investor

[14] Citi Research, WoordMackenzie, Statista, World Aluminium

[15] 13,000 yuanes para vehículos con un rango de conducción de 300-400km, de 18,000 yuanes para un rango de conducción mayor a 400 km.

[16] Grandview Research

[17] CRUX Investors

[18] Tasa de crecimiento anual compuesto

[19] Contratos estandarizados para comprar o vender un activo a un recio particular en un momento específico en el futuro. Son instrumentos que permiten a los inversionistas beneficiarse de los movimientos en precios sin poseer realmente el activo subyacente.

  

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