La amenaza por la variante delta aún podría animar a los responsables políticos para mantener el ritmo de compras de bonos «significativamente más alto», como a principios de este año. Pero las tasas de vacunación ya están avanzadas. Además, la inflación ya está en 3%, su nivel más rápido en una década. Ambas serían razones suficientes para considerar una reducción de compras de bonos.
Hasta ahora, el BCE ha insistido que cualquier aumento en los precios al consumidor está destinado a ser temporal, lo que permite a los funcionarios liderados por la presidenta Lagarde a mantener el flujo de estímulos. Eso contrasta con el mensaje de la Reserva Federal, donde los responsables políticos podrían considerar una medida para reducir las compras de activos en noviembre o diciembre. La decisión se retrasó luego del decepcionante informe de empleos del viernes, que hace improbable una acción de este tipo para este mes.
Los mercados están comenzando a reaccionar ante el potencial de una inflación más sostenida de la zona euro y un estímulo reducido del BCE.
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El ingeniero peruano ocupará el cargo desde el presente mes tras ser gerente general de Scotia Fondos.