Esta estrategia hizo que China fuera uno de los países que mejor controló la pandemia en la fase inicial. Sin embargo, no ha logrado contener el rápido esparcimiento de la variante Ómicron y, en consecuencia, la economía china está siendo presionada junto con la cadena de suministros mundial.
El país se dirige al 2023 con incertidumbre y atisbo de esperanza por su reactivación.
Al comienzo de 2022, el mensaje principal de casi 50 instituciones financieras en Wall Street es que las condiciones aún se ven buenas.
Los inversionistas, ven la nueva cepa del virus como un posible detonador de grandes movimientos de mercado.