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Elecciones Presidenciales EE.UU. 2020, y la importancia del sistema de salud

De cara a las elecciones presidenciales 2020 en EE.UU., las encuestas han mostrado que una de las principales preocupaciones de los ciudadanos concierne al sector salud, el cual representa actualmente el 18% de la economía del país.

Administrador del Sistema

06 abr. 20 min lectura

Fuente: Superlost Coffee

De cara a las elecciones presidenciales 2020 en EE.UU., las encuestas han mostrado que una de las principales preocupaciones de los ciudadanos concierne al sector salud, el cual representa actualmente el 18% de la economía del país. Según una encuesta en marzo del Financial Times y la Fundación Peterson, 34% de los votantes opinaron que un incremento en los precios de salud sería la mayor amenaza a la economía de EE.UU.

La principal razón de esta incertidumbre tiene su origen en el elevado costo de servicios médicos en EE.UU., los cuales son notoriamente más altos que en otros países industrializados. En el 2016 los gastos de salud per cápita ($9,892) en el país ascendieron a más del doble del promedio de aquellos en los países occidentales ($4,033). En vista de ello, el tema de salud y farmacéuticos se ha convertido en una parte prominente de las campañas electorales. Los candidatos proponen distintas disposiciones para proveer a los ciudadanos con servicios de salud a costos más bajos. En tanto, el resultado de las elecciones tendrá un gran impacto sobre las compañías del sector; especialmente en cuanto a los aspectos relacionados a pagos, regulaciones, prescripciones de medicamentos y costos.

Gráfico 1: Votantes que opinan que crecientes costos de salud son la mayor amenaza para la economía de EE.UU. (en %)

Fuente: Financial Times

¿Cuál es el proceso electoral en EE.UU.?

Las elecciones presidenciales se llevan a cabo cada 4 años en noviembre, a través de un sufragio indirecto, y se enfrentan los dos partidos que dominan el juego político en el país: el partido republicano (conservadores y de orientación derechista) y el demócrata (liberales). El proceso electoral se compone de 4 etapas.

  1. Elecciones primarias y caucus (febrero-junio): ambos son una carrera electoral en donde los estados nominan a su candidato presidencial de cada partido político. Los ciudadanos votan por delegados, quienes posteriormente elegirán a un candidato. El número de delegados para cada estado o territorio[1] es determinado por el tamaño de la población de este.
  1. Convención Nacional (julio-agosto): durante este evento cada partido anuncia su candidato elegido para la elección presidencial. El nominado designa a su vicepresidente, quien lo acompañará.
  1. Campaña de elección general (julio-noviembre): los dos principales candidatos a la presidencia hacen campaña alrededor del país con el fin de ganar al público general.
  2. Elecciones generales (noviembre; este año el 3 de noviembre): los ciudadanos votan por los electores (electors) del Colegio Electoral de EE.UU. (compuesto por 538 electors)quienes posteriormente entregan su voto a un candidato. El ganador es el que recibe 270 votos o más. La cantidad de electors por estado[2] es determinada por su número de representantes en el Congreso (un número establecido según el tamaño de la población del estado, a lo cual se suman 2 electores adicionales). Dado que cada estado sigue el método de “el ganador se lleva todo”[3], existe la posibilidad de que un presidente sea elegido ganando la mayoría en la votación del Colegio Electoral más no la popular (como fue el caso en el 2016). El nuevo presidente y respectivo vicepresidente son inaugurados en enero.

Gráfico 2: Proceso Electoral en EE.UU

 Fuente: U.S. Government Services and Information

Fuente: U.S. Government Services and Information

¿Cuál es la situación actual de las elecciones 2020?

Actualmente, nos encontramos en la etapa de elecciones primarias y caucus. Los resultados de esta fase ya están definidos. Del lado del Partido Republicano, el presidente Donald Trump es nuevamente el candidato principal, después de haber asegurado una mayoría de delegados, y sin gran oposición.

Por el lado de los Demócratas, queda también un contendiente: Joe Biden (vicepresidente a Barack Obama). Si bien Joe Biden se estaba enfrentando a Bernie Sanders (senador de Vermont), este último recientemente se retiró de la carrera electoral. Biden actualmente cuenta con 1,406 delegados (se necesitan 1,991 para ganar la nominación en caso de que se presente más de un candidato demócrata). Cabe destacar, que varias primarias se reprogramaron después que se declaró una emergencia nacional debido a la pandemia del coronavirus.

Las encuestas muestran actualmente que Biden ganaría el voto popular (distinto a la votación del Colegio Electoral) frente a Trump por un margen promedio de 4% a 6%.

Gráfico 3: Promedio de encuestas sobre candidatos presidenciales en las elecciones generales EE.UU. 2020 (al 02 de mayo)

Fuente: Real Clear Politics

¿Cuál es la postura de los principales candidatos frente al sector salud?

1.Joe Biden

La propuesta de Biden se basa en el programa de salud elaborado por el ex presidente Barack Obama, Affordable Care Act (ACA, 2010)[4]también conocido como Obamacare. Esta ley tenía como objetivo proporcionar una cobertura de seguro médico asequible a más estadounidenses. Además, fue diseñada para proteger a los consumidores de las prácticas de las compañías de seguros, las cuales tenían permitido aumentar costos de ciertos pacientes (con historial clínico) o incluso restringir la atención.

Biden planea extender el número de personas cubiertas por el ACA, proponiendo una opción de seguro de salud pública para todos los estadounidenses. Ello permitiría al gobierno y a aseguradoras privadas competir por ofrecer cobertura a personas no aseguradas, con seguro público, y a los trabajadores con seguro patrocinado por el empleador (estos últimos actualmente no son elegibles para el programa Obamacare).

Por otro lado, Biden propone una nueva norma que prohibiría a los proveedores de salud cobrar tarifas fuera de lo establecido en situaciones donde un paciente no tiene posibilidad de escoger a su proveedor (como cirugía de emergencia). También promete una aplicación más rígida de la legislación anti-monopolio existente con el fin de reducir la concentración de proveedores y disminuir los precios de salud. Asimismo, postula ampliar la elegibilidad de las personas con bajos ingresos para créditos fiscales, los cuales ayudan a reducir el costo final de las primas de seguros.

En cuanto al aspecto farmacéutico, Biden desarrolló un conjunto de medidas para recortar los precios de los fármacos. Entre ellos, permitir que los seguros públicos negocien descuentos por compras al por mayor, que los consumidores compren medicamentos baratos en países extranjeros, limitar los aumentos de los precios de los medicamentos a la tasa general de inflación y una serie de ideas destinadas a estimular el aumento de la producción de los medicamentos genéricos.

El costo del plan de salud del ex vicepresidente se estima en $750 mil millones por 10 años. El candidato demócrata propone cubrir ello incrementando la tasa impositiva sobre ganancias de capital (para personas con ingresos mayores a $1 millón) y retroceder los beneficios tributarios establecidos por Trump. Cabe destacar que, existe la probabilidad de que Biden adopte algunas de las proposiciones de Sanders[5] con el fin de ganar incluso una mayor popularidad durante las elecciones generales.

Gráfico 4: Desglose de la cobertura de seguro de los ciudadanos de EE.UU. (2018)

Fuente: United States Census Bureau

* Seguro por Empleo, Individual y TRICARE hacen referencia a seguros médicos privados.
** Medicaid, Medicare, VA (Veterans Affairs) y CHAMPVA (Civilian Health Medical Program of the Department of Veterans Affairs) son programas públicos.
La suma es superior a 100% (113.7%), porque los ciudadanos pueden contar con uno o más seguros del sector público y privado.

2. Donald Trump

Durante su campaña presidencial del 2020, ni Donald Trump ni los republicanos han especificado un plan concreto de salud. Cabe recordar que, en el 2017, Trump y su administración entregaron al Senado un proyecto de ley llamado American Health Care Act (AHCA), que se esperaba reemplace al ACA de Obama, pero no fue aprobado. Los principales aspectos eran:

  1. Eliminar impuestos ($592 mil millones) con los que se proponía pagar el ACA.
  2. Prohibir a las aseguradoras privadas incrementar la prima o negar el acceso a personas con algún historial clínico.
  3. Eliminar créditos fiscales y subsidios bajo el ACA, y reemplazarlos por subsidios según la edad.
  4. Retroceder gradualmente la extensión de Medicaid recortando el reembolso federal a los estados para cualquier persona que salga del programa.
  5. Convertir Medicaid en un programa de subvenciones (vs. programa de derecho), a través del cual el gobierno federal entregaría dinero a los estados por cada afiliado al programa.
  6. Permitir a los estados revocar el programa.

Recientemente, el Comité de Estudios de la Cámara de Republicanos (RSC), publicó la “parte uno” del borrador de una reforma de salud. Este incluye puntos similares a los del AHCA, que suprimen los aspectos clave de Obamacare. En tanto, se podría esperar que las proposiciones de salud de Trump continúen enfocadas en los elementos mencionados.

Por otro lado, desde el 2016 Trump y el partido republicano han mostrado distintos esfuerzos en cuanto a recortes de los precios de medicamentos y reformas al sistema de descuentos del sector[6]. En cuanto a los genéricos, Trump ha sido defensor de una competencia justa entre productores de biológicos (medicamentos de marca) y biosímiles (genéricos), facilitando el proceso de aprobación para compañías de fármacos. Tan sólo en el 2017, hubo 1,600 aprobaciones de aplicaciones genéricas por la FDA; 1/3 más que durante la administración de Obama. Finalmente, propone vincular los precios de ciertos medicamentos a un índice internacional de precios y limitar el incremento de estos al de la inflación.

¿Cuál podría ser el impacto de las elecciones en el mercado?

Gráfico 5: Evolución los precios del índice S&P 500 y S&P Health Care Index (base 100 al 01/01/2016)

Normalizado sobre base 100. Fuente: Bloomberg

Analizando la última elección presidencial (Trump vs. Clinton, 2016), se puede reconocer que las acciones del sector salud cayeron un 6% desde el inicio del 2016 hasta el día de las elecciones en noviembre 2016, mientras que el precio de las acciones estadounidenses (medido con el índice S&P 500) creció cerca del 4%. Ello se vio explicado parcialmente por el programa de salud de Hillary Clinton y comentarios negativos frente a las compañías del sector salud por parte de la candidata demócrata, quien además fue la favorita hasta las elecciones generales. Ella postulaba una mejora del ACA, manteniendo como base la reforma de Obama (similar a la propuesta actual de Biden). En el mismo periodo, Trump proponía la abolición completa de Obamacare y un mayor apoyo a las compañías productoras de biosímiles. Sorpresivamente, Trump ganó las elecciones, evento tras el cual las acciones del sector salud subieron más de 3% en un día.

Desde que Trump tomó la presidencia, el sector salud de EE.UU. ha estado entre los de mayor rendimiento en el mercado estadounidense. A pesar de que varias propuestas de Trump podrían considerarse negativas para algunos ámbitos del sector (esfuerzos para reducir los precios de medicamentos con receta, apoyo a los genéricos, planes de reforma del sistema de descuentos, entre otros) en general, la industria ha prosperado.

Gráfico 6: Retornos en comparación de los sectores desde la elección de Trump a la fecha

Retorno en el periodo del 8 de noviembre 2016 al 05 de mayo 2020.

Fuente: Bloomberg

Durante el 2019, a medida que comenzaron las campañas electorales entre los demócratas, las compañías de salud se vieron castigadas por los temores frente a la creciente popularidad de programas de seguro social como Medicare for All[7]. En vista de que las propuestas de los demócratas son (y han sido históricamente) menos populares entre las compañías del sector salud, el impacto final en el mercado dependerá de quién ganará las elecciones generales en noviembre.

Suponiendo una victoria por parte de Joe Biden, el desempeño de las compañías de salud podría mostrarse mixto. Por un lado, las propuestas del ex vicepresidente otorgarían marginalmente mayor libertad al sector que bajo un programa como Medicare for All u Obamacare (2008). No obstante, los inversionistas continuamente se han mostrado reacios al ACA como base, dado que las propuestas podrían amenazar los ingresos, especialmente de las farmacéuticas y distribuidoras.

Frente a un escenario de reelección de Trump, es probable que con un potencial intento de abolir Obamacare se enfrente a un Congreso dividido, que podría obstaculizar su principal propuesta (como sucedió en el 2017). A pesar de que sus esfuerzos de reestructurar el programa Medicare podrían generar incertidumbre entre los inversionistas en el corto plazo, Trump probablemente entregará políticas menos radicales y más ventajosas para el sector, comparado con los demócratas. Un ejemplo de ello en los últimos años ha sido la solicitud de Trump a la FDA para que simplifique los procesos de aprobación de medicamentos con el fin de que se apruebe una mayor cifra de genéricos. Esto ha beneficiado también a grandes compañías que elaboran tratamientos de marca dado que sus procesos de aprobación se han vuelto más eficientes.

¿Actualmente es atractiva una inversión en el sector?

Si bien Biden en las elecciones generales podría tener una ventaja sobre Trump, es aún temprano para determinar quién tendría la mayor probabilidad de ganar las votaciones del Colegio Electoral. En el corto plazo podríamos contar con una volatilidad elevada en el sector, impulsada principalmente por factores exógenos, como el COVID-19. Cabe destacar que, frente a la actual crisis, las utilidades de las compañías de salud se han mostrado muy resilientes.

Por otro lado, el brote del coronavirus está obstaculizando todo el proceso electoral y es factible que el actual contexto refuerce al sistema de salud como tema principal en las elecciones. Además, el manejo de la pandemia puede considerarse una prueba política para Trump: de acuerdo a sus respuestas y medidas, su popularidad podría verse afectada o beneficiada e influir en la decisión del voto popular.

Los riesgos políticos actualmente parecen ser limitados y estar ya incorporados en los precios actuales del sector. En tanto, las valorizaciones de estas compañías son bajas en comparación con el resto del mercado estadounidense. Si bien en el corto plazo las acciones se mantendrán volátiles, el sector se podría considerar actualmente como una oportunidad favorable de inversión. Además de las valorizaciones bastante atractivas, cabe destacar que, las compañías de la industria han mostrado su elevada capacidad de adaptación a situaciones adversas (por ejemplo Obamacare). Sumado a ello, la resiliencia histórica de las empresas, sus modelos de negocio con altos niveles de caja, y la tendencia creciente de la industria las convierten en una alternativa atractiva para inversiones a mediano y largo plazo.

Notas de pie de página:

[1] Los territorios de EE.UU. son Guam, Islas Mariana del Norte, Islas Vírgenes de EE.UU., Puerto Rico y Samoa Americana.

[2] Los estados con mayor cantidad de electors son: California (55), Texas (38), Nueva York (29), Florida (29), Illinois (20) y Pensilvania (20).

[3] El candidato que recibe la mayoría del voto popular en un estado gana todos los electores del estado.

[4] La ley incluye una expansión de Medicaid (opcional según lo decida el estado) con el fin de incrementar la cobertura de ciudadanos estadounidense de bajos ingresos. La elegibilidad de Medicaid con esto se expandía a personas mayores de 64 años con ingresos hasta el 138% del nivel federal de pobreza.

[5] Sanders proponía una reestructuración completa del sistema de salud de EE. UU, bajo la cual esperaba reemplazar el programa de seguro médico actual Medicare con un sistema de salud nuevo denominado Medicare for All. Además, postulaba que el gobierno federal de EE.UU. se convierta en el único proveedor de seguro médico en el país.

[6] El sistema de descuentos hace referencia a los descuentos en precios que los productores de medicamentos hacen a las farmacias según el volumen de compra a los distribuidores o venta a los pacientes. Estos descuentos actualmente no siempre son transmitidos al paciente; es decir, el paciente sigue pagando un precio muy elevado. Además, fomenta prácticas de venta no transparentes. Una farmacia podría evitar recomendar un tratamiento similar pero más barato dado que recibe descuentos para un cierto medicamento posiblemente más caro.

[7] Propuesta de Bernie Sanders y Elizabeth Warren, quienes se retiraron de la carrera electoral posteriormente.


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