Los gobiernos han aumentado gradualmente sus objetivos y regulaciones para recortar sus emisiones de carbono con el objetivo de lograr las metas delineadas en el acuerdo de París del 2015 de mantener el calentamiento global por debajo de los 1.5°C. Es en este contexto, es que las grandes empresas de petróleo integrado han incrementado su exposición a energías renovables y se han comprometido a reducir sus emisiones de dióxido para el 2050. Pese a alinearse con los objetivos ambientales de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y las Naciones Unidas (UN) en los últimos dos años, las petroleras aún se encuentran lejos de lograr alcanzar sus respectivas metas y necesitaran invertir fuertemente en los próximos años para lograr sus promesas.
La Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) estima que se necesitará invertir $ 4.9 billones por año entre el 2020 y 2030 para lograr un escenario de transformación energética. Este escenario es uno en donde el 57% de la energía mundial proviene de fuentes renovables y se logra alcanzar las metas ambientales del tratado de París. De los $ 49 billones de inversión necesaria, $ 11 billones o $ 1.1 billones por años deberían ser destinados directamente al desarrollo de proyectos de energía renovable. Sin embargo, en el 2020 solo se invirtió alrededor de $ 320 mil millones.
Cambios regulatorios para la industria energética
Desde que se firmó el Acuerdo de París en el 2015, los diferentes gobiernos han empezado a implementar diferentes medidas para disminuir las inversiones en industrias con alta huella de carbono e impulsar la inversión de energías renovables. En ese sentido, 14 de los 31 países desarrollados miembros de la OECD han implementado impuestos sobre las emisiones de carbono. En contraste, países como Estados Unidos buscan disminuir los subsidios en impuestos para las empresas que producen combustibles fósiles y crear provisiones que permitan que las empresas que desarrollan energías renovables continúen beneficiándose de menores impuestos. Entre algunas medidas más estrictas, una corte de Holanda dictamino que Shell debería reducir sus emisiones de carbono en 45% para el 2030.
Por su parte, las numerosas protestas en contra de los desarrollos petróleros y la contaminación ambiental han generado un riesgo reputacional elevado para las grandes empresas de petróleo. De la misma manera, el aumento de inversiones con enfoque a la Gobernanza Ambiental y Social (ESG) ha causado presiones por parte de los inversionistas para que las empresas se alienen a los objetivos climáticos del tratado de París.
Metas de las grandes empresas de petróleo
Ante estos cambios en el entorno regulatorio y la presión de la opinión pública, las empresas petroleras están intentando cambiar su imagen y mostrarse como agentes claves en la transición energética. De esta manera, empresas como BP, Total Energies, Shell, Exxon Mobil y Chevron, las cinco compañías de petróleo más grandes de Occidente, buscan lograr tener cero emisiones de dióxido de carbono netas en sus operaciones para el 2050. Sin embargo, las petroleras de Europa buscan ir un paso más adelante y también quieren reducir las emisiones de carbono generadas por el uso de sus productos a cero para el 2050.
Para alcanzar dichas metas, algunas de las petroleras buscan cambiar sus modelos de negocio para depender cada vez menos del petróleo al invertir en nuevas fuentes de energía como la energía Solar, eólica, hidrógeno, etc. Otras pretenden mantener sus ingresos petroleros y disminuir sus emisiones netas invirtiendo en proyectos de captura de carbono y utilizando fuentes de energía menos intensas en carbono para sus operaciones.
Beyond Petroleum
Busca alcanzar la neutralidad de carbono en su producción y en el uso de sus productos invirtiendo en diferentes proyectos de energías renovables y disminuyendo su dependía de combustibles con alta huella de carbono como el diésel. En línea con esta estrategia, BP tiene como meta lograr aumentar su generación de energías renovables a 20 GW de energía renovable para el 2025 y 50 GW para el 2030.
En su último reporte de sostenibilidad del 2021, la empresa señalo que gracias a sus inversiones el 35% de sus operaciones y el 16% de su producción lograron tener cero emisiones netas durante el 2021. Adicionalmente, busca reducir su producción de petróleo en 40% con relación al 2019 para el 2030. Recientemente BP anunció que las inversiones en proyectos de baja huella de carbonos aumentaron de $ 700 millones en el 2020 a $ 2.2 mil millones en el 2021.
TotalEnergies
TotalEnergies intenta aumentar la proporción de ingresos provenientes de energía renovables invirtiendo fuertemente en proyectos de energía eólica y solar. Total tiene como objetivo generar 35 GW de energía renovable para el 2025 y 100 GW para el 2030. Más aún, Total tiene la visión de ser una empresa en donde el 50% de su producción sea de electricidad renovable, 25% de biocombustibles e hidrógeno y tan solo el 25% de producción sea de gas y petróleo.
Según TotalEnergies, gracias a sus esfuerzos en los últimos años, las emisiones de gases invernadero de sus clientes se han reducido en 19% con relación a los niveles del 2015. Adicionalmente, en el 2021 dirigió el 25% de sus inversiones a ampliar su generación de energía renovable. Finalmente, su reporte detalla que para cumplir sus metas ambientales la empresa buscará que 50% de todas las inversiones realizadas durante el periodo 2022-2025 sean destinadas a nuevas fuentes de energía y gas natural.
Shell
La empresa holandesa está tomando un enfoque mixto para cumplir los objetivos de emisión al buscar reducir la cantidad de dióxido de carbono que libera a la atmosfera a través de proyectos de captura de carbono, mientras que reduce su producción de petróleo y aumenta su portafolio de energía renovables. En ese sentido, Shell busca reducir sus emisiones en 20% con relación al 2016 para el 2030, 45% para el 2035 y 100% para el 2050. La estrategia que Shell sigue para cumplir estas metas es invertir en proyectos de captura de carbono y el reducir su producción de petróleo entre 1%-2% por año hasta el 2030.
Adicionalmente, la empresa se ha comprometido a invertir alrededor de $ 2 mil millones al año en proyectos de nueva energía, los cuales incluyen autos eléctricos, plantas de hidrógeno y energías renovables. Actualmente, la empresa está desarrollando tres proyectos de captura y almacenamiento de carbono en Noruega, Holanda y Canadá, con estos proyectos se espera poder capturar hasta 25 millones de toneladas de dióxido de carbono al año para el 2035.
Exxon Mobil y Chevron
Exxon fue una de las últimas grandes empresas de petróleo en buscar lograr cero emisiones netas para el 2050 y a diferencia de TotalEnergies y BP ellos buscan reducir sus emisiones invirtiendo en tecnología de captura y almacenamiento de carbono. Adicionalmente, la empresa planea reducir las emisiones en sus operaciones al firmar contratos de largo plazo con empresas de energía renovables, para que estas provean la energía utilizada en los procesos de producción.
En el 2019, la empresa buscaba desarrollar tecnología de captura de carbono que genere energía y capture emisiones de dióxido de carbono. Recientemente, a mediados del 2021 la empresa anunció que destinara $ 3 mil millones durante los siguientes 5 años para formar una nueva unidad de negocio de captura de carbono y $ 12 millones para soluciones de bajas emisiones de carbono como Hidrógeno y Diesel renovable. Sin embargo, la inversión en captura de carbono y combustibles de bajas emisiones representan solo el 14% de su plan de inversión hasta el 2026.
Similarmente, Chevron también planea reducir sus emisiones invirtiendo en proyectos de captura de carbono, hidrógeno y Combustibles de bajas emisiones. Sin embargo, solo se han comprometido a utilizar el 10% de su presupuesto de inversión por los próximos 5 años para proyectos que disminuyan su emisión de carbono.
Evolución esperada de las utilidades de las petroleras
Actualmente, los analistas esperan un crecimiento negativo de las utilidades para el próximo año debido al alto precio del petróleo y las expectativas de una moderación secuencial en el mismo. El consenso de analistas esperan que las utilidades por acción disminuyan en menor medida para empresas como Exxon Mobil, Chevron y Shell. Por otra parte, se espera que tanto BP como Total se vean más afectadas durante los próximos años por el impacto de las tensiones geopolíticas en Europa y la mayor inversión en proyectos en desarrollo.
Por el lado de la valorización, tanto Exxon y Chevron tienen una P/E a un año más elevado que sus contrapartes de Europa, con la excepción de Shell, dado su menor exposición a los conflictos geopolíticos y la menor caída en ingresos. De manera histórica, el ratio P/E de las empresas de petróleo de Europa y Estados Unidos se encuentra en niveles históricamente bajos debido a la reciente apreciación de las petrolearas y las expectativas de menores ingresos futuros. Las empresas de petróleo se han visto impulsadas luego de que la guerra entre Rusia y Ucrania generara expectativas de una escasez en la oferta de petróleo.
En conclusión, las grandes petroleras están mostrando un mayor compromiso para cumplir sus objetivos ambientales. Sin embargo, empresas como TotalEnergies y BP muestran un mayor avance hacia la transición energética y están mejor posicionadas para solidificarse dentro del mercado de energías renovables. Pese a esto, el consenso espera que estas se vean más afectadas en el corto plazo mientras aún consolidan su cambio en el modelo de negocio y mientras el mundo continue dependiendo de combustibles fósiles.
El ratio de precio por acción entre utilidades por acción esperadas; se interpreta como el precio que el mercado está dispuesto a pagar por una unidad de ingreso de la empresa y se utiliza para determinar si una empresa se encuentra sobrevaluada o subvaluada.
Con ello busca dar una mejor experiencia a sus clientes en productos de inversión con exposición global a través de la tecnología y la asesoría personalizada.
El ingeniero peruano ocupará el cargo desde el presente mes tras ser gerente general de Scotia Fondos.