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Un grupo de hackers el viernes pasado, hicieron que cerrara Colonial Pipeline, el mayor oleoducto de Estados Unidos, que transporta más de 2,5 millones de barriles por día, el 45% del suministro de diésel, gasolina y combustible que consumen los aviones de la costa este del país, tras robar más de 100 GB de información y bloquear por completo las computadoras con ransomware, un software extorsivo que impide usar el dispositivo hasta que hayas pagado un rescate.
Poco después de conocer sobre el ataque, Colonial desconectó ciertos sistemas para contener la amenaza, pero ante las continuas fallas de las líneas principales, el gobierno decidió decretar el estado de emergencia en 18 estados del país y levantar las restricciones horarias existentes para el transporte de combustible por carretera, pero esto no sería suficiente para igualar la capacidad del oleoducto. Las primeras áreas en verse afectadas serían Atlanta y Tennessee, luego el efecto dominó llegará hasta Nueva York.
El lunes se dio a conocer a través del FBI que el grupo de hackers rusos “Dark Side” serían los responsables del ciberataque. Horas antes, al anunció los hackers comunicaron en internet que: “Su objetivo es meramente económico y negaron tener vinculación con algún gobierno”. Por otro lado, Biden, en una conferencia de prensa comentó que hasta ahora no hay evidencia basada en Rusia esté involucrada, aunque hay evidencia de que el ransomware de los actores está en Rusia.
El ciberataque tiene lugar en un momento en que las reservas estadounidenses están disminuyendo y la demanda, especialmente de combustibles para vehículos, está aumentando a medida que los consumidores regresan a las carreteras y la economía estadounidense intenta sacudirse de los efectos de la pandemia.
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El ingeniero peruano ocupará el cargo desde el presente mes tras ser gerente general de Scotia Fondos.