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CORONAVIRUS: amenazas y oportunidades

Fuente: Bloomberg En poco tiempo, el nuevo coronavirus se ha extendido a más países del mundo y tanto los temores de la propagación, así como su potencial impacto en el crecimiento económico global han ganado protagonismo en los titulares a medida que los casos y muertes reportadas siguen aumentando

Administrador del Sistema

07 ene. 20 min lectura

Photo by Glen Carrie

En poco tiempo, el nuevo coronavirus se ha extendido a más países del mundo y tanto los temores de la propagación, así como su potencial impacto en el crecimiento económico global han ganado protagonismo en los titulares a medida que los casos y muertes reportadas siguen aumentando. A diferencia de otras infecciones o enfermedades cuyos riesgos y posibles consecuencias son conocidos, la falta de información con respecto a este último brote ha generado mayor pánico. Además, al ser “una amenaza de alto perfil” está atrayendo más atención de la que probablemente se merece.

Según el departamento de virología molecular de la Universidad de Nottingham, es aún pronto para alarmarse dado que los registros de contagio podrían crecer a una menor tasa a medida que se sigan implementando medidas de contención más estrictas. Aun así, luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara una alerta de emergencia global el 30 de enero, los mercados financieros sufrieron importantes pérdidas que opacaron el optimismo que se venía experimentando en los últimos meses ante la firma esperada de la fase uno del acuerdo comercial entre EEUU y China.

Fuente Bloomberg

¿Qué es el coronavirus?

 Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una familia de virus que causan diversas enfermedades, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como pasó con el coronavirus causante del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV) y el que ocasionó el síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV). Este nuevo virus, ahora conocido con el nombre de 2019-nCoV, es un nuevo tipo de coronavirus que no había sido identificado anteriormente en el ser humano hasta que se notificó en Wuhan, China en diciembre 2019.

Las infecciones por este virus pueden causar síntomas leves como dolor de garganta, fiebre, tos o dificultad para respirar y en los casos más graves, neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, insuficiencia renal e, incluso, la muerte. Sin embargo, según la OMS, los casos de mortalidad son ocasionales y de mayor probabilidad para personas de edad avanzada y con afecciones (diabetes o cardiopatías).

Fuente: OMS

Si bien la mayoría de reportes de casos sigue más concentrada en Wuhan, el epicentro del brote, el virus ha llegado a infectar otras zonas de Asia, Europa y América, pero en menor medida. Hasta el 24 de febrero, se portaron 9 regiones fuera de China en las que se habían registrado casos de muerte (Corea del Sur, Italia, Hong Kong, Irán, Filipinas, Japón, Francia, Taiwán y en el crucero “Diamond Princess”) y ya había infectado a 37 países y territorios de todo el mundo, incluido un transporte internacional (crucero “Diamond Princess” que actualmente está en Yokohama, Japón). Sin embargo, con las medidas que se han tomado para contener la propagación, la tasa de crecimiento de casos confirmados ha ido disminuyendo.

Fuente: Bloomberg 

Impacto potencial en la economía

Las preocupaciones sobre la propagación del virus giran en torno al impacto que pueda tener sobre el crecimiento mundial en el corto plazo. Hasta ahora, está afectando las exportaciones de China e interrumpiendo las cadenas de suministro a nivel global, especialmente luego de que el gobierno chino prolongó las vacaciones del Año Nuevo Lunar para contener la extensión. A pesar de que para la segunda semana de febrero varios empleados habían retomado sus labores, ciertas compañías retrasaron la reanudación de la producción. A la amenaza de una debilidad en la industria manufacturera se suma la del consumo, luego de que varias tiendas y restaurantes se mantienen cerrados, con bloqueos en ciertos servicios de transporte.

Según Deutsche Bank, debido al brote, el crecimiento de China podría ser un 1.5 puntos porcentuales menor en el primer trimestre de 2020 en comparación con el mismo periodo del 2019, esto es, un crecimiento de 4.6%. El efecto podría ser incluso mayor que el del SARS del 2002 dado que ahora la economía china está más interconectada con el resto del mundo. Con ello, el crecimiento global podría ser hasta 0.5 puntos porcentuales más lento en los tres primeros meses del 2020.

Sin embargo, es importante resaltar los distintos escenarios que se han usado para determinar el posible desenlace del crecimiento económico. Según la Universidad de Columbia, si es que el brote llega a estar bajo control en abril, el impacto del virus sobre la economía china se limitaría a 0.1 puntos porcentuales, una predicción más optimista que la de Deutsche Bank, mientras que otras organizaciones financieras prevén que la economía china caiga 0.5 puntos porcentuales en promedio. En referencia al crecimiento económico mundial, Moody’s Analytics y Barclays estiman que el virus reduzca el PBI mundial en un 0.3% en 2020, mientras que Oxford Economics pronostica una reducción del 0.2% para el año.

Fuente: Deutsche Bank

En vista del impacto negativo esperado sobre el crecimiento, el gobierno chino ha anunciado una serie de estímulos fiscales y monetarios para reactivar la economía. Si bien se había anunciado previamente una serie de medidas para evitar el riesgo de una mayor desaceleración luego de que, el año pasado, la economía china creciera al ritmo más débil en casi tres décadas, con el brote del virus, el banco central y el gobierno de China han notificado que la reactivación sería más acelerada.

Entre las políticas fiscales, resaltan los recortes de impuestos corporativos, donde las reglas podrían ser diferentes para cada sector. Dependiendo del tipo de compañía, el gobierno podría hasta eximir de impuestos u otorgar subsidios, principalmente a las que ofrecen bienes de primera necesidad, medicamentos o servicios de logística. En cuanto a la política monetaria, el banco central de China (PBOC) redujo la tasa de interés con la finalidad de estimular el financiamiento a mediano plazo y con ello, calmar a los mercados financieros y dinamizar el consumo y la producción. La entidad ofreció 200 mil millones de yuanes ($ 29 mil millones) en préstamos a mediano plazo a un año bajo una tasa que se redujo en 10 puntos básicos a 3.15%, la más baja desde 2017. Esto sumó a una amplia inyección de liquidez anunciada los primeros días de febrero por 1.7 mil millones de yuanes.

Fuente: Bloomberg, PBOC

La mayor flexibilidad en la política debería ayudar a mitigar las consecuencias del coronavirus. Sin embargo, los resultados corporativos podrían verse más presionados en el corto plazo. China tiene una importante influencia sobre las cadenas de suministro mundiales y el turismo. En este sentido, tanto el reducido tráfico de consumidores, como los bloqueos en las cadenas de suministro están ralentizando la dinamización en la economía china y ello generaría un importante impacto en ciertas industrias de todo el mundo, principalmente en los países que tienen mayor exposición turística y comercial con China, esto es, países del Asia, donde Vietnam sería el más comprometido. Una desaceleración en China podría tener un efecto dominó sobre el resto de la región.

Muchas multinacionales extranjeras de talla mundial sufrirían los efectos del impacto negativo en sus ingresos, luego de que varias anunciaran el cierre temporal de sus operaciones en China debido al virus. Hasta el 9 de febrero, Apple cerró todas sus tiendas minoristas en China continental, mientras que Starbucks cerró temporalmente alrededor de 2,000 puntos de venta en el país. La lenta producción y débil demanda en China luego del brote, llevaron a la administración de Apple a advertir que no esperaban cumplir con su guía de ingresos trimestrales.

Los factores están interrelacionados. El bloqueo de medios de transporte afecta al turismo. Menos visitantes extranjeros y menor tráfico de gente implican menores ventas de ciertos bienes y servicios, con lo que la debilidad en la demanda traería consigo una caída en el consumo chino que representa aproximadamente el 70% del PBI del país. A su vez, esta caída en la demanda en China afectaría al comercio mundial (el país representa el 11% de las importaciones mundiales), que también se vería perjudicado por el bloqueo de las cadenas de suministro. El efecto se podría extender hacia la industria automotriz y tecnológica, cuyos componentes, en su mayoría, dependen de la producción china.

Fuente: Pictet Asset Management 

A esto le sumamos la caída en los commodities. China es el mayor importador de materias primas a nivel global. Según UBS, compran más del 40% de hierro, níquel, aluminio, acero y cobre del mundo, además de ser los principales importadores de petróleo. Con las plantas de producción inoperativas o funcionando a una capacidad reducida por la interrupción en las cadenas de suministro, la demanda en los productos básicos ha disminuido, lo que contribuyó a una caída de más de 10% en los precios del cobre y de hasta 20% en el petróleo, en ambos casos, desde inicios de enero. La incertidumbre en torno a los riesgos de desaceleración, ha llevado a la OPEP a considerar recortes en la producción de petróleo para contrarrestar los menores precios.

 ¿Qué riesgo vemos en el mercado?

Para evaluar el impacto que podría tener el virus en el mercado, se han establecido comparaciones entre el contexto del mercado en los niveles actuales y los del SARS en el 2002-2003. Años atrás, el virus tuvo un impacto importante sobre el crecimiento de China, pero fue de corta duración, donde el PBI se desaceleró 2 puntos porcentuales en el 2T 2003 y la actividad se recuperó en la segunda mitad del año. Dada la evolución de la economía china y su mayor integración en los mercados mundiales, en comparación con el 2002, existe cierto grado de incertidumbre con respecto al impacto que el nuevo coronavirus pueda generar.

Se podría experimentar una mayor presión en el corto plazo, a medida que nuevos casos aumentan y amenazan con afectar el crecimiento económico y potencialmente, los resultados corporativos. Ello traería consigo mayor volatilidad que podría durar entre 3 a 6 meses. Sin embargo, en el mediano plazo, la fortaleza económica de los países y corporaciones serán lo que finalmente guíe el movimiento de los mercados. Un caso similar se dio durante la última “epidemia” del SARS del 2003 cuando la desconfianza suscitó mayor volatilidad, pero a medida que los temores se fueron disipando, la tendencia fue guiada por los buenos fundamentos y solidez de la economía.

Fuente: Bloomberg

La estrategia de inversión hacia largo plazo debería estar enfocada en los fundamentos de las compañías, y no en los shocks inesperados que generan volatilidad de corto plazo en los mercados. Sin embargo, cabe resaltar que es importante determinar si es que dicho shock afectaría a los fundamentos, es decir, eventos como el coronavirus no deberían ser ignorados sino internalizados en el análisis para precisar su impacto en el largo plazo.

¿Qué oportunidades encontramos?

Los riesgos de corto plazo que ha ocasionado el coronavirus han creado varias oportunidades de inversión, especialmente en Asia, donde los países están económicamente más relacionados con China y podrían verse más afectados. En estos mercados resaltan las compañías chinas de internet. El virus ha dejado a cientos de personas en sus casas con la finalidad de evitar infecciones. Las compañías tecnológicas que permiten conectar personas y entretener con diferentes actividades, ya sea servicios de chat, video, transmisión en vivo, entre otros, podrían verse beneficiadas con el brote.

Otra de las industrias que podría experimentar volatilidad en el corto plazo, pero cuyos fundamentos se mantienen positivos es la de lujo, no solo la de bienes sino también la de servicios. China, con una clase media creciente, es el país de mayor perspectiva de crecimiento para este sector y muchas compañías han anunciado que prevén golpes en el corto plazo. Sin embargo, a medida que se contenga el virus, las tiendas, centros comerciales, casinos y hoteles volverán a sus operaciones regulares con una demanda más estable.

¿Cómo invertimos?

Aun cuando actualmente existen oportunidades interesantes en el mercado como las mencionadas, si esperamos que el corto plazo siga presionado, el momento de entrada podría no ser el mejor. Para los inversionistas de largo plazo, lo óptimo sería buscar una inversión que brinde exposición a oportunidades como las discutidas, pero que permita mitigar el error del punto de entrada. En este sentido, la recomendación es diversificar nuestro portafolio de inversiones hacia lo que se conoce como inversiones alternativas.

En este contexto, encontramos una opción interesante, que es a través de productos sofisticados que proporcionen cierto tipo de seguridad y posibilitan optimizar una protección de capital parcial, por ejemplo, de 50%. Ello permite mantenernos enfocado en los fundamentos de largo plazo y esquivar un corto plazo más inestable. La protección sobre el patrimonio invertido la vemos en productos como los de capital garantizado o notas estructuradas que ofrecen barreras de protección.

Los productos de capital garantizado prometen la devolución total del monto invertido. Al ser un producto que está menos expuesto a riesgos, el retorno potencial es menor. Por otro lado, están las notas estructuradas con barrera de protección. Estos son productos atractivos dado que ofrecen rendimientos interesantes con respecto al promedio del mercado. Es como invertir directamente en renta variable, pero brindan cierta cobertura en relación al precio de los subyacentes. Entonces, el precio del subyacente puede moverse, pero si es que no cae por debajo de un nivel pactado, tanto el monto invertido como los intereses están garantizados.

 
Escenario actual: entorno afectado por el coronavirus aumentando la volatilidad de corto plazo
    • El rendimiento de un portafolio tradicional (compuesto por tres acciones de manera equitativa: A, B y C) sería igual al promedio ponderado de sus rendimientos. Ej: 33%*(rend. acción A: 10%) + 33%*(rend. acción B: -5%) + 33%*(rend. acción C: -29%) = – 8%
    • El rendimiento de un portafolio sofisticado que invirtió en una nota estructurada (con barreras de protección de 50% y rendimiento condicional de 10% anual) tuvo un retorno de 10% dado que ninguna de las acciones (A, B y C) tuvo una pérdida de más del 50% (barrera de protección) al vencimiento del producto.
    • Retornos de A, B y C hipotéticos a manera de ilustración.

  

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