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Biden firmó la semana pasada el plan de rescate de $1,9 billones y alista la próxima iniciativa, que se espera sea aún mayor, lo que elevó el gasto total de estímulo autorizado por el gobierno de los EE. UU. a $ 5,4 billones.
Este nuevo estímulo no dependerá sólo de la deuda pública como fuente de financiación sino también de $ 60 mil millones en aumentos de impuestos para las grandes corporaciones y de las personas con altos ingresos, a pesar de las expectativas de que los legisladores no buscarán aumentar los impuestos mientras la recuperación económica aún sea frágil.
La administración de Biden, ha encontrado una oportunidad no sólo para financiar iniciativas claves como infraestructura, un paquete de “energía limpia”, generación de empleo y ayuda para los más pobres, sino también para abordar las inquietudes en el sistema tributario mismo.
Dentro de las medidas que se están preparando para este paquete se podría incluir un aumento tanto en la tasa del impuesto corporativo (de 21% a 28%) como en la tasa individual para personas con altos ingresos (más de $400,000 al año). Expandir el alcance del impuesto sobre el patrimonio para personas que ganan al menos $1 millón al año ha sido rechazado; sin embargo, el pensamiento actual es apuntar a los más ricos.
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El ingeniero peruano ocupará el cargo desde el presente mes tras ser gerente general de Scotia Fondos.